domingo, 26 de abril de 2015

¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN EL SISTEMA DE EDUCATIVO ESPAÑOL?

Hace mucho tiempo que quiero realizar esta entrada, pero es un tema complicado y que seguro que no todo el mundo tendrá la misma opinión. Yo solo quiero expresar lo que siento desde el respeto y dar mi punto de vista como docente y como padre.

Esta semana, después de los tristes acontecimientos del profesor fallecido en Cataluña, he leído un artículo muy interesante de una profesora que se jubiló y que analiza el fracaso de los planes educativos en España en los últimos 30 años y de la perdida de autoridad del profesor. Todo esto me ha hecho reflexionar sobre el tema y quiero compartir con vosotros mis pensamientos.

El principal problema que yo veo en la educación actual, sea en el colegio en nuestras casas, es que se ha dado demasiada importancia y protagonismo al niño. Además la mentalidad de los padres y madres ha cambiado por completo. Todo ello, nos ha llevado una situación muy complicada en la que los niños creen que pueden tener todas las cosas que deseen sin esforzarse, o sin portarse bien, solo por el hecho de ser niños. Los progenitores  para tener contentos y entretenidos a los niñ@s, o para que no les den la lata, les compran todo lo que ellos piden y como resultado que el niño olvida la necesidad de esforzarse para conseguir algo, cosa que parece una tontería pero que se traslada al colegio en el 99% de los casos.

Los profesores como es lógico pedimos que los alumnos trabajen y se esfuercen en su día a día y los niños no están acostumbrados, y además no solo no están acostumbrados sino que sus propios padres en vez de exigirles ese esfuerzo defienden al niño con argumentos del tipo: "los deberes son malos, los niños necesitan jugar", "el aprendizaje memorístico no vale para nada, hay que aprender jugando", etc....
Por supuesto que es importante el tiempo libre y el juego, es más como profesor de E.F creo que son vitales ambas cosas para el pleno desarrollo del niño, pero también creo que hay tiempo para todo y ciertos aprendizajes tienen que ser a base de esfuerzo y estudio; y aquí vienen los primeros problemas....

Yo he vivido los últimos cambios educativos, tanto como estudiante, como profesor, y creo que poco a poco hemos ido perdiendo muchas mas cosas de las que hemos ganado. Me explico:
Yo estudié con el sistema educativo de la ley del 1970 con lo que antes se llamaba EGB y BUP y COU, y posteriormente he vivido el resto de las reformas educativas, la LODE, la LOGSE, la LOPEG, LOCE, LOE y este año estamos empezando con la nueva ley educativa la LOMCE.
Para mi cada ley nueva lo que hacía era rebajar los objetivos educativos, justificandose en una necesidad de actualizarse y especializarse para afrontar los nuevos mercados laborales,etc... pero en realidad eso se iba traduciendo en una menor exigencia dentro del aula, y en una perdida paulatina de la autoridad del profesor.
En mi opinión, uno de los grandes problemas de todas las últimas reformas educativas, es la imposibilidad de repetir curso más de una vez en cada etapa (salvo rarisimas excepciones).Lo que consigues con eso es tener alumnos que una vez que han repetido por primera vez, no tengan ningún interés en seguir estudiando porque saben que van a pasar de curso de cualquier manera.
Otra cosa que me llama la atención es que antiguamente el que suspendía estaba mal visto por sus propios compañeros y familias, y hoy parece que es algo no solamente bien aceptado sino que es un héroe entre sus amigos y no tiene la reprimenda necesaria por parte de la familia, es más se suele culpar al profesor de ese suspenso.
Ultimamente cuando llegan a la adolescencia, parece que tiene que estar unido el ser popular y "guay" con los suspensos, cosa que no alcanzo a comprender.

¿Por qué alumnos que salen del primaria con notas aceptables cuando llegan al instituto se encuentran con 6 y 7 suspensos ?
Yo tengo  mi propia teoría, para mi el mayor problema es que donde más hemos bajado el nivel de exigencia es en la etapa primaria y no les preparamos adecuadamente para enfrentarse al instituto (el cual debemos recordar que para ellos empieza 2 años antes que para mi generación, por lo que son algo más inmaduros o tienen que enfrentarse antes a ese cambio tan importante).

Creo que el problema además, no es solo de las leyes sino que todos tenemos parte de culpa, los maestros de primaria, los profesores de secundaria y los padres y madres de nuestros alumnos.
¿Por que digo esto? Un dato objetivo es que si miramos un libro de texto de 6º de primaria de lengua, matemáticas o ciencias de la naturaleza de 2015 y uno de 1990 que era cuando yo estudiaba, el nivel de conocimientos impartidos ha descendido mucho, y por lo tanto el nivel de exigencia de los propios maestros también ha bajado considerablemente.
¿Por que digo que los padres también tienen la culpa? 
Para responder a esta pregunta voy a poner un caso que me ha pasado este curso y que creo que ilustra perfectamente lo que digo más atrás. Este año estoy en un colegio bastante peculiar en el que debido a la complejidad del alumnado (en su mayoría inmigrante con un nivel muy bajito) realizamos desdobles en las asignaturas llamadas troncales para que los alumnos puedan avanzar más y podamos dedicarle mas tiempo a cada niño. Estos desdobles consisten en que un profesor se lleva a la mitad de la clase con más nivel y el otro se queda con la mitad más flojita y así, al tener menos alumnos y de niveles parecidos, puedes adaptarte al ritmo de todos. En mi caso yo doy lengua en tercero de primaria a la mitad digamos mas avanzada y la otra profesora, su tutora, a la mitad mas flojita. Además de tener a la mitad mas avanzada, puede que yo sea bastante más exigente que la otra profesora, y hasta que los niños se acostumbraron a hacer los deberes, a estudiar para exámenes que no sean de rellenar huecos con palabras como en primero y segundo, pues quizás les ha supuesto un poco de estrés. El caso es que yo veía cada vez un mayor avance en casi todos mis alumnos, pero si que es verdad que todavía no había grandes notas, pero el avance era grande y alumnos que no hacían nada de nada y que tenían un nivel muy bajo habían mejorado mucho. Pero eso algunos padres no lo veían del mismo modo y empezaron a venir a pedir que sus hijos cambiaran de profesor, o de grupo, por que claro con la otra profesora estaban acostumbrados a sacar muy buenas notas y conmigo estaban un poco desanimados, etc.... y yo sinceramente no lo entendía y les decía que yo estaba muy contento con la evolución de los niños y que estaban aprendiendo muchísimo y que si seguían esforzándose terminarían muy bien el curso. Además les comenté, quizá un poco soberbiamente, que creía que conmigo iban a aprender mucho más, por que mi nivel de exigencia era mayor y el grupo era mejor. Pues la conclusión de estas familias es que les daba lo mismo que sus hijos aprendieran menos, siempre y cuando sacaran buenas notas y fueran más tranquilos a clase.
¿Que quiere decir con este ejemplo que me pasó hace apenas dos meses? Que hoy en día se está acostumbrando a los alumnos a la ley del mínimo esfuerzo, muy poco trabajo, exámenes que nos dan las editoriales con el método en el que solo hay que rellenar huecos o unir con flechas, etc... y en cuanto llega un profesor que exige un poco más de esfuerzo los padres se ponen en pie de guerra. Pues para mi esto es tristisimo.

Mi hija el próximo curso empieza al colegio y lo que deseo es que le tenga profesores exigentes y duros, que la hagan trabajar y valorar las cosas. Por supuesto me gustaría que a la vez fueran profesores empáticos, cariñosos, y que le hicieran lo más atractivo posible las cosas, pero que la enseñen la importancia del trabajo y del esfuerzo en la vida para conseguir sus objetivos. Yo modestamente con todos mis fallos, que tengo muchos, soy despistado, no muy organizado, un poco olvidadizo, intento predicar con el ejemplo, y trato a mis alumnos con el máximo cariño que puedo e intento enseñar las cosas de la manera más divertida posible para hacérselo mas atractivo, pero lo que me niego es a hacer lo que hace alguna gente, aprobar a niños que no se lo merecen para evitar problemas con las familias, regalar las notas a gente que no se esfuerza, o se comporta fatal, etc.... creo que estamos educando al futuro de nuestro país y que tenemos una responsabilidad muy grande, y que debemos de ser consecuentes con esa responsabilidad que nos ha sido asignada.

Es un tema complicado y quizás me pierda o me vaya por las ramas en algún momento, así que pido disculpas por ello. Además tengo que decir que la escritura tampoco es una de mis virtudes...

En cuanto a la pérdida de autoridad del profesor, creo que todo está un poco ligado a lo que hablaba anteriormente. Antiguamente el profesor era una persona respetada por las familias porque iba a educar a nuestros hijos y prepararle para el futuro. Hoy en día, creo que se ve a los docentes desde un prisma totalmente diferente. Quizás mucha gente(no digo todo el mundo) los vea como personas que tienen muchas vacaciones, y a veces nos dicen cosas de nuestros hijos que no nos gusta escuchar. Pero ser un profesor es mucho más, y me gustaría invitar a todos aquellos que piensan que somos unos vagos a que estén una semana realizando nuestro trabajo a ver si son capaces. Además se darían cuenta que el trabajo del profesor no termina en la escuela, que casi el 99% de nosotros nos llevamos mucho trabajo para nuestras casas, corregimos, planificamos, dedicamos tiempo a las nuevas tecnologías para hacer que los niños disfruten más de nuestras clases, nos formamos haciendo cursos y dejando de pasar tiempo con nuestras familias,etc... y ese tiempo no se valora. Lo único que muchos padres y madres ven, es una persona que sale bastante pronto de trabajar y que tiene muchas vacaciones, y eso hace que haya una pequeña animadversión hacia nosotros que acaba en una pérdida de autoridad por que todo el mundo se cree mejor que nosotros.

Esta pérdida de autoridad nosotros la sufrimos en el día a día, cuando los padres delante de sus hijos ponen verde a tal profesor, diciendo que no tiene ni idea, cuando otros padres les dicen a sus hijos que no hagan los deberes o no cumplan un castigo que ya hablará con el profesor, todo eso hace que perdamos nuestra autoridad poco a poco, cuando empiezan a crearse grupos de whatsapp donde se pone en entredicho nuestra labor y se nos escrutina hasta el más mínimo detalle,etc...
Otro gran problema es que los padres creen antes a sus hijos que a un profesor y ponen en duda la palabra no solo de un adulto, sino del profesor que tiene que enseñar a su hijo/a haciendo que pierda toda su autoridad ante el niño, que sabe que su padre/madre le van a defender en todas las situaciones.
¿Que pido como docente? Sobretodo ...comprensión y respeto. Creo que todos debemos ir en el mismo barco y no vernos unos a otros como enemigos, y no lo digo solo por parte de las familias, tengo muchos compañeros que ya desde el día 10 de septiembre están a la defensiva y se toman todos los comentarios de las familias de mala manera, y creo que tenemos que poner todos de nuestra parte para voltear esta situación. El fin nuestro es desarrollar el máximo de las capacidades de cada niño, atendiendo a sus diferencias individuales, pero sobretodo para mi el objetivo es crear buenas personas capaces de vivir en buena convivencia en una sociedad multicultural, respetando a todo el mundo independientemente de su condición o sexo. Para lograr este objetivo tenemos que remar en la misma dirección todos los componentes de la comunidad educativa, Padres, Madres y Profesores.

Podría seguir hablando largo y tendido del tema pero no quiero que me quede un post largisimo que le de pereza a la gente leer, quiero solo expresar mi opinión, y si sirve para que solo una persona reflexione sobre el tema bienvenido sea.

Me gustaría terminar esta entrada dejando el enlace de la entrevista a la profesora jubilada que explica desde su punto de vista un poco lo que yo he tratado de hacer desde el mío:


Y por último dejaros la carta al director que envió al mundo un profesor en homenaje al compañero fallecido en Barcelona. Creo que esta tragedia tiene que servir para que la sociedad se de cuenta del problema que tenemos en la educación actual. La población de los llamados ni-ni (gente que ni quiere estudiar ni quiere trabajar), sigue creciendo a una velocidad que asusta. Tengo compañeras de mi generación en secundaria, que son insultadas a diario en sus clases, amenazadas, que tienen que aguantar alumnos que se masturban dentro del aula, alumnos que fuman porros en la clase, que se meten con su físico, que son acosadas verbalmente por su condición de mujeres, etc... pero esto por desgracia, no es exclusivo del instituto. En los tres últimos años he visto a niños de 6 y 7 años llamar hija de puta a su profesora, zorra a su monitora de comedor, puta gorda asquerosa a su profesora de Inglés, y otros insultos gravisimos, ante los cuales estamos totalmente indefensos, por que hoy en día es muy complicado expulsar a un niño, ya que en vez de tener el apoyo de la familia, lo que puede pasar es todo lo contrario, se emprendan acciones contra ese profesor o el colegio, y esa indefensión hace que el ego de esos niños crezca y crezca y se crean que pueden hacer y decir todo lo que quieran a quien ellos quieran.... ¿Qué podemos hacer ante esto? Yo no lo se, pero espero que la gente que tiene que buscar la solución se ponga manos a la obra cuanto antes, por que sino la situación se volverá insostenible....

Aquí os dejo la carta:

Viernes 24 de abril de 2015

HOMENAJE A UN PROFESOR HÉROE

Sr. Director:

Se llamaba Abel Martínez, pero eso a casi nadie le interesa. Era, según dicen, de Lérida y tenía 35 años. Trabajaba como profesor de Historia en un instituto de Barcelona y murió en acto de servicio. Cayó abatido a la puerta de su aula, cuando acudía a poner orden en un incidente escolar. Fue muerto (¿podré decir asesinado?) por un estudiante incontrolado del que lo sabemos casi todo y por el que todo el mundo –desde jueces a periodistas, pasando por psicólogos y políticos- está muy preocupado. Nadie sabe nada (ni importa, al parecer) de Abel y su familia, de sus padres o hermanos, de su novia o tal vez de sus hijos.
Era un profesor. Si hubiera sido un militar caído en lejanas tierras, habría ido a buscar su cadáver el ministro del ramo, se le habrían hecho honores de Estado y seguramente le habrían condecorado con distintivo rojo o amarillo, vaya usted a saber. Pero Abel era, simplemente, un profesor. Un profesor interino, para más inri. El primer docente muerto en las aulas en nuestro país no se merece el oprobioso silencio, el incomprensible ninguneo que le han dedicado los medios de comunicación. Así que solicito desde aquí que el próximos instituto que se inaugure en España lleve el nombre de Abel Martínez, y que se conceda al profesor leridano, a título póstumo, la Cruz de Alfonso X el Sabio.
Luis Azcárate Iriarte. Pamplona




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